JULIA ZABALA ROLDAN

A lo largo de mis 25 años, pasé por muchas nutricionistas y consultorios, y nadie lograba darle a la “tecla” de mi problema. Hace un año estaba como en las fotos de la izquierda y creía que mi única solución era pasar por el quirófano, hasta que mi médica clínica me recomendó ir a TINO. Desde agosto 2019 que mi vida dio un giro de 180 grados. Gracias a todo el equipo de TINO, en especial a Euge, Sol y Sandra, entendí que la obesidad es una enfermedad que no tiene cura, pero si tratamiento, y que con paciencia y perseverancia podes lograr increíbles resultados. El proceso es largo y a veces difícil, porque es una lucha diaria contra una enfermedad silenciosa. No basta con desear una vida saludable; hay que cambiar la cabeza, las rutinas y los hábitos para poder lograrla. También hay que entender que, como todo proceso, lleva su tiempo y no hay que apurar las cosas. Hoy estoy 16 kilos menos que hace un año (fotos de la derecha). Le debo todo a TINO y a mi familia y amigos que, sin su apoyo constante, probablemente, no estaría hoy donde estoy.